11 ejercicios para mejorar tu voz y conectar con ella




 Al hablar, al cantar, al susurrar, estamos tocando un instrumento: el instrumento que es nuestro propio cuerpo. Nuestra voz es indisociable de nuestro cuerpo, de la postura que adoptamos, de los movimientos que realizamos y de nuestra respiración. Trabajar lo uno va a menudo a incidir en todo lo demás. 

Estos ejercicios de voz tienen en cuenta todas estas interrelaciones, te ayudan a tomar conciencia de cómo influyen la respiración, la postura y el movimiento en tu voz, para poder mejorarla y protegerla. Más abajo encontrarás más información sobre influye el cuerpo en las diferentes dimensiones del sonido y las relaciones entre voz, respiración, postura y movimiento.

EXHALA CON CONCIENCIA ABRIENDO EL PECHO

La voz se genera en la exhalación e incluso durante una exhalación prolongada. Esta emisión de aire produce una tendencia de la caja torácica a derrumbarse.

Podemos entrenarnos en la habilidad de mantenerla abierta e incluso de abrirla más durante la exhalación vocal.

Por ejemplo como se muestra en esta imagen, manteniendo el esternón elevado (las manos de la joven en la fotografía indican su posición) cuando nos encontramos exhalando o vocalizando.

ABRE LOS BRAZOS AL EXHALAR

Abre los brazos mientas cantas. La exhalación vocal tiene también tendencia a hacer que los brazos se cierren en torno al pecho. Intenta lo contrario: sopla o canta abriendo los brazos, lo que ayuda a las costillas a mantenerse abiertas.


ALTERNA PARA MANTENER LA FLEXIBILIDAD

Si perseguimos únicamente la apertura torácica podemos correr el riesgo de volvernos rígidos.

Para conservar la flexibilidad es recomendable alternar los dos ejercicios precedentes con ejercicios que llevan, por el contrario, los brazos hacia delante, es decir, en el sentido del cierre costal.


FLEXIONA LA COLUMNA

Es posible también llevar el muslo flexionado hacia el vientre al emitir la voz: esto flexionará la columna cerrando las costillas y rechazando el abdomen hacia arriba, lo cual va todo en el sentido de la exhalación vocal.


ALTERNA TRES VOCALES: O, I, A

Para la vocal "o" adopta con los labios la posición de silbar. Luego, en esa posición, abre un poco la boca como para decir "ooo". Sé preciso para situar la forma de tus labios y de tus mejillas: estás haciendo trabajar al músculo orbicular de los labios que da a tu boca un poco la forma de una caja.

Siente ahora cómo se instala la lengua dentro de la boca, retrocediendo un poco, a fin de pronunciar esta "o".


BUSCA EL MOLDE PARA LA "I"

Partiendo con la boca cerrada, separa lentamente las comisuras de los labios al tiempo que abres un poco la boca. la lengua se aproxima al paladar y no deja abierta más que una rendija horizontal para que pase el aire.


PRONUNCIAR LA "A"

Para hallar la forma de la "a" baja la mandíbula y siente cómo la lengua se extiende a los lados entre los dientes de abajo.

Si juegas alternando estas tres vocales con precisión, tu "caja de resonancia" de la boca se verá rápidamente optimizada.


PRACTICA LA VERTICALIDAD

Sitúa la mano sobre la cima exacta de la cabeza. Ten presente que, si la mano está demasiado adelantada, la cabeza se flexionará. y, si está demasiado hacia atrás, la cabeza se verá llevada hacia atrás. Así pues, busca el lugar en el que no bascula ni adelante ni atrás.



SACA BIEN LA LENGUA

El control de la lengua es clave en las resonancias.

Saca la punta de la lengua lo más posible y siente que esto arrastra a su parte posterior (que por su mayor masa influye mucho en la voz) e incluso a la faringe (la zona de la parte posterior de la garganta y de la nariz) y a la laringe (la zona de las cuerdas vocales).




TOCA LA "NUEZ" Y SIENTE LA VIBRACIÓN

Palpa con delicadeza, en la parte delantera del cuello, bajo la barbilla, la protuberancia conocida como "nuez".

Canta el sonido "mmm". Siente, bajo tus dedos, una vibración: es el emplazamiento de las cuerdas vocales, donde se forma el primer sonido vocal.




MOVILIZA EL CUELLO SIN CARGA

Para ello, lleva la mano a la frente y apoya en ella el peso de tu cabeza. El cuello se sitúa en amplia flexión sin que el peso de la cabeza recaiga sobre él. Se trata de una movilización sin carga. Puedes canturrear en esta posición.



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