¿Qué es la cimática?

Muchas veces hemos escuchado acerca de cómo el sonido está hecho en base a vibraciones, al hablar, al escuchar un instrumento, todas son vibraciones que nuestra mente decodifica brindándoles su particular significado según de donde provengan. Pero, ¿alguna vez te has preguntado el efecto de tales vibraciones sobre nosotros? Si la música tiene el poder de influir en nuestros estados anímicos y la musicología se dedica a utilizar la música como medio de sanación, ¿cómo realmente afectan estas vibraciones no sólo a nosotros sino a todo lo que nos rodea?

La primera persona en acercarse a la raíz del asunto fue el padre de la acústica en el siglo XVIII, Ernst Chladni, quien tocando un arco de violín alrededor de un borde de una placa cubierta con arena fina consiguió que la arena formara patrones geométricos que se mantenían ante el sonido, demostrando el efecto del sonido sobre la materia.


Ya para el siglo XX tendríamos al doctor Hans Jenny investigando más a profundidad estos puntos y denominando a una serie de experimentos realizados como ‘cymatics’ (cimática, cuyo origen proviene del kyma griego ‘onda’). Estos experimentos consistían en colocar arena, fluido y polvos sobre platos de metal los cuales hizo vibrar con un generador especial de frecuencia y una bocina. Lo que obtuvo siendo intrincados patrones que eran únicos para cada vibración individual que permanecían intactos mientras el sonido pulsaba a través de la sustancia y colapsando si el sonido se detenía.


Entonces, ¿qué es la cimática hoy en día? Es el estudio de las formas visibles del sonido, en otras palabras, de la visualización del sonido. Siendo todo sonido una vibración y que, dependiendo de la forma en que hace vibrar el aire alrededor genera distintos tipos de ondas los cuales tienen efectos particulares por cada uno de ellos, como en los casos mencionados, los patrones formados en la arena. ¿Pero cómo afectan estas vibraciones a nuestro cuerpo?


Otros investigadores como Masaru Emoto y Fabien Maman se adentraron en la investigación de las posibilidades curativas de los sonidos, y por ejemplo, en su libro “El Papel de la Música en el Vigésimo primer Siglo”, Fabien Maman testifica los redundantes efectos a través de fotografías en las cuales se ve la progresiva desestabilización de la estructura de células cancerosas al tocar sonidos que progresaban hacia arriba en la escala musical, hasta que eventualmente explotaron.

Actualmente, tenemos algo llamado ‘Cimaterapia’, que es un soporte electrónico de sonido combinado con la terapia magnética aplicada directamente al cuerpo. Utiliza sonidos audibles sutiles que trabajan simultáneamente en un nivel energético y físico, los cuales apoyan la capacidad natural del cuerpo para curarse a sí mismo.

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